martes, 25 de febrero de 2014

Quien piense que estar un día sin hablar es aburrido que no siga leyendo

Posiblemente cuando hablas con compañeros de otros institutos y te dicen ‘buaf odio la filosofía, no me entero de nada’ en mi cabeza se enciende una bombillita y pienso ‘seguro que no saben sentarse correctamente y controlar su respiración’, porque así en una cosa tan sencilla, es donde reside la magia de aprender y de ir mejorando, en las experiencias que se nos plantean en las clases de filosofía.
Esta vez la experiencia ante todo era dura, ya que aunque se trate de una persona que hable más o menos, sea más tímida o menos, tenga más amigos o menos, estar un día sin comunicarse con nadie se podría considerar imposible, pero los alumnos valientes (y guapos) del Santo Domingo hemos demostrado que se puede, y os contaré como fueron mis 24 horas, que la verdad se dice bastante pronto.
07:00 de la mañana. Suena la alarma de mi móvil y salgo de la cama. Mi hermana me despierta con un agradable, ‘despierta que hay que ir a clase’.                                                                                  
 Hasta más o menos las 08:20 se trata de un día normal, ya que no suelo hablar mucho por las mañanas, algo con mis hermanos, pero no mucho ya que cada uno tiene que irse a un lado, pero en ese momento, llaman a la puerta y ¡CHÁN!, Andrea aparece, mi amiga, con la que cada mañana voy hacia el instituto, y para ser sinceros, íbamos por la calle como dos amigas peleadas porque fue el recorrido más silencioso que he tenido en mi vida hasta ese momento. Al llegar a clase fue un show, todo el mundo diciendo ¡MEWY, ¿Cómo llevas historia?!, o mi queridísima compañera Laura me pudo decir unas 10 veces; ¿Viste ayer PLL?, y yo ignoré totalmente a cada persona que se puso en mi camino, y la verdad no fue tan duro las 6 horas de clase, bueno, fue la verdad que bastante aburrido y solitario, porque no poder hablar con nadie es ante todo un poco aburrido y más en mi caso, que hablo con quien se me ponga por delante. 
Si algo destaco de esta experiencia durante las horas de clase es la pelea que tuvimos Borja y yo (Borja tampoco podía hablar) por señas en Inglés, que la verdad fue bastante patética porque sin decir una sola palabra nos molestamos, las cosas de los años. Además cuando quedaban 5 MINUTOS para irnos a casa, estaba tirada en mi silla mirando la pizarra y pensando en lo que había pasado ya y en ese momento, Esther, mi compañera de penas e intercambios me dijó; que bien hueles, ¿Qué colonia llevas?, y yo no sé si fue por la melancolía que tenía mirando a la pizarra o por lo poco consciente que era que sólo se me ocurre decir; Pues es de Victorio & Luchino, me gusta mucho y en ese momento las caras de mis compañeros parecían un poema porque yo aún no me había dado cuenta de que había hablado pero en ese momento me dijeron ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡PERO QUE HACES HABLANDO!!!!!!!!!!!!!! y no me lo podía creer, había aguantado 6 horas y en los últimos diez minutos solté  una frase, así que me disgusté un poco porque pretendía hacer perfecta la experiencia pero la verdad que no fui nada de consciente al soltar la frase.
Además llegué a mi casa pensando que lo más duro ya había pasado, pero no fue así, justo al entrar por la puerta mi padre me pudo preguntar 5 veces que como me había salido el examen, menos mal que mis hermanos le recordaron que no me podía comunicar y la verdad que fue una tarde muy productiva, ya que me dio tiempo a hacer de todo y de esta experiencia he aprendido bastante respecto a no estar con el móvil al lado cuando estás estudiando ya que distrae muchísimo y al final no sirve para nada.

Cuando llegó la noche, estaba cansada de tanto no hablar como del día así que me acosté pensando que el viernes sería un día nuevo y la verdad que, esta experiencia me ha gustado mucho y también me ha ayudado bastante ya que he aprendido varias cosas.
Siempre pensamos que el tener una respuesta al momento, el que primero levanta la mano, el que siempre acierta, pues al ser el más rápido es el que tiene la razón y ya por muchas cosas de esas ni lo intentamos nosotros, no pretendemos llegar a la solución aunque nos cueste más trabajo, y tras esto soy consciente de que, todos estamos capacitados para llegar al mismo nivel, no con los mismos progresos, pero se puede, algunos les costará más a otros menos, pero podemos llegar ya que todos estamos capacitados para eso, pero a veces, a algunas personas le sale la coletilla de ‘es que eres más lista que yo..’ o ‘yo no tengo esa facilidad’, y no digo ahora que todos seamos capaces de leernos 4 temas de historia y aprendérnoslo pero lo que quiero decir, es que si te entrenas en eso, si poco a poco te acostumbras en algo, con constancia un poco diariamente cualquiera puede conseguir lo que se proponga dentro de sus límites, y con su ritmo, nadie bate un récord de un día para otro, ni nadie gana un premio Nobel con un solo ensayo, pero si se tiene constancia, paso a paso, día tras día, los resultados a la larga se observan, os lo aseguro.
He aprendido también el daño que hacen nuestras palabras a veces, que aunque no pretendamos hacerlo con maldad parece que es así, que sólo si pensáramos las cosas dos veces antes de decirlas nos libraríamos de tantas peleas estúpidas que a veces mantenemos por simple orgullo, por nuestro ego, porque aunque somos conscientes de habernos equivocado y haberla cagado, el rectificar nos cuesta la misma vida, y rectificar es de sabios, pero parece que a nadie le gustaría ser un sabio ahora mismo, así que más ahora, consigo pararme un segundo antes y decir las cosas de mejor manera para no ofender a nadie, ya que no suele ser mi intención.
Y si algo me llevo de esta experiencia, aparte de muchas cosas más, es la belleza que reside en el silencio, que a veces no la observamos, ni nos inmutamos o hasta llegamos a considerar incómodo el silencio, pero la verdad que para nada es así, en el silencio hay una magia especial, un silencio de 24 horas, de reflexión, tiene un toque, una chispa, que jamás en mi vida había notado y la verdad que es una sensación que me ha gustado, bastante y que llena completamente.

Y tras mi reflexión, me he dado cuenta de lo sola que se debe sentir Chanel, mi pez, que está en un pecera sola, sin nadie con quien nadar, marginada, sin relacionarse, así que tras esto, he decidido comprarle un/a compañer@ a Chanel y así verla más acompañada, porque 24 horas sin relacionarse es aceptable pero Chanel lleva demasiado tiempo sola.



Pd: Si a los profesores les cansa que hablemos durante las clases, estar callados durante una hora, nos cansa el doble. 

2 comentarios:

  1. Miriam Juliá García,4 ESO A :
    Increíble experiencia me ha parecido por lo que he leido,has hecho una reflexión bastante concreta de todo y detallandolo todo muy bien,me ha gustado mucho.
    La verdad,me hubiera gustado hacer esta experiencia de estar 24 horas sin poder hablar con nadie y sobretodo sin MÓVIL,el famoso móvil del cual somos dependiente casi todos los adolescentes.
    Reconozco que no me costaría muchísimo estar un día entero sin hablar o poder comunicarme con alguien aunque sea a través de una red social(porque la tele no me gusta asi que eso no sería un obstáculo para mí),pero ¿por qué no?,pienso que nada es imposible e igual que tambien reconozco que se me podría escapar alguna frase diminuta como atí incoscientemente,pero la verdad que me ha hecho mucha gracia cómo lo has detallado todo y,lo que más me ha gustado he de reconocer que ha sido el nombre de tu pez...muy original ¡sí señor!

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  2. yo he pasado un dia sin hablar con nadie o mas sin querer , xD osea sin hacer un reto , ,, por ejemplo hoy dije como 3 frases nada mas , para mi eso es muy facil

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