sábado, 7 de diciembre de 2013

Psicología.Ciegos por 20 minutos.

Desde siempre se nos ha hecho muy pesado tener que estar las 6 horas de clase en el aula y que un profesor tenga una idea de variar el lugar en el que dar la clase es algo que a todos nos emociona.
Se planteaba una actividad ante todo divertida pero de la que había que sacar provecho, 20 minutos con los ojos tapados con un lazarillo que nos iba a guiar por las calle de El Puerto.

Mi lazarillo era Marta y la verdad que me sorprendió gratamente porque aunque confío en ella, pensaba que se iba a despistar y me iba a caer. Empecé yo siendo ciego y nos movimos por las calles de El Puerto, el mayor miedo lo pasé cuando estábamos en la Iglesia Mayor y alguien se dio con un banco, en ese momento pensé que la siguiente era yo y fui bastante tiempo en tensión hasta que realmente me dí cuenta de que tampoco había que preocuparse de nada.
Me pareció una actividad interesante, sobre todo como al principio al no ver nada, tus únicos pensamientos son, 'me voy a caer','me voy a dar con un bordillo o con una farola' y eso implica ir en tensión y por mucha confianza que tengas en tu lazarillo pensar que se va a despistar y vas a ir al suelo. Los 20 minutos me parecieron 5 realmente porque me parecía imposible que hubiésemos avanzado tanto y se me hubiese pasado tan sumamente rápido. La experiencia de lazarillo fue algo más sencilla, y habiendo sido antes ciego podía comprender a Marta que era ahora la que iba con los ojos tapados, aunque a veces era imposible avanzar porque Marta era incapaz de continuar con ritmo por una calle recta, pero es comprensible ya que no ver nada es ante todo agobiante. Además hubo una mujer en el camino que no ayudaba mucho, porque Marta fue insistiendo durante bastante rato si había alguna farola o algo con lo que se pudiese chocar y yo le decía que no, pero la mujer que nos encontramos, con muy malas ideas dijo
 'Chica cuidao que te vas a chocar con la farola' y ahí fue cuando Marta dejó de confiar en mi por la señora que solo quería meter lío.
Realmente cuando eres el ciego eres consciente de como te guías mas por sentidos como el oído, porque yo sabía cuando estábamos en la Iglesia además de por el silencio por el olor típico que tienes las Iglesias, aunque no pudiese ver el sentido del oído y del olfato estaban mas alerta, les daba mas importancia ahora que no podía ver y fue una manera por la que me podía guiar ahora que no podía usar la vista.

Me ha parecido una manera muy interesante de presentar el tema de la percepción y de como usar los sentidos si alguna vez careciésemos de uno.

1 comentario:

  1. Esta actividad de que seguramente le habéis sacado mucho de provecho, pienso que porque se ha dejado de realizar, la verdad que muchas veces tenemos que pensar y saber como se sentiría un ciego o precisamente como dice al final del texto si alguna vez carecemos de algunos de los sentidos poder y saber utilizar otras que quizás no le damos mucha importancia pero si que la tiene, Jesús el profesor de filosofía en muchos de los momentos que hemos podido aprovechar de algunas clases con el se relacionaba con este tema, por ejemplo como el uso del tacto , hemos realizado algunos ejercicios sorprendente y que seguro muchos de nosotros no nos hemos fijado en esas otras capacidades que tenemos , que también nos ayudaría para realizar otras tareas o simplemente para conocer mas tu cuerpo.

    ResponderEliminar